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Dios no abandona a su pueblo

Canción de Asaf.

Dios mío, gente de otras naciones
    ha invadido tu pueblo.
Destruyeron tu templo sagrado
    y dejaron a Jerusalén en ruinas.
Han dejado el cuerpo de tus siervos
    como alimento para las aves del cielo;
el cuerpo de tu gente fiel
    para que lo devoren las fieras.
La sangre de los muertos corría como agua
    por toda la ciudad de Jerusalén;
    no hubo quien enterrara los cuerpos.

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